Construir un futuro sostenible y socialmente justo es esencial para que las próximas generaciones puedan desarrollarse y satisfacer sus necesidades sin comprometer el equilibrio económico y ecológico del planeta.
Consciente de que este desafío no es sencillo, organizaciones como Sostenibilidad Global, fundada en 2018, han impulsado diversas iniciativas para fomentar el desarrollo sostenible en diversas industrias, especialmente en los sectores automotriz y de transporte de carga y pasaje. Estas áreas requieren una profunda transformación para reducir su impacto ambiental, ya que se estima que son las causantes del 25% de las emisiones contaminantes a nivel global.
Isabel Studer Noguez, Presidenta de esta organización mexicana, señala que, aunque en varios países se han logrado avances significativos en la descarbonización del transporte, en naciones como México el reto es aún mayor debido al rezago en políticas públicas y económicas en materia de sostenibilidad.
Desafíos y oportunidades
A pesar de este panorama, Studer Noguez también identifica diversas oportunidades para la industria mexicana, principalmente aquellas derivadas de su liderazgo en la producción y exportación de vehículos ligeros y pesados. Sin embargo, reconoce como algo fundamental que la industria modifique su enfoque y se convierta en un competidor sólido en la fabricación de vehículos sustentables a nivel regional.
Creo que México no puede quedar fuera de la discusión y la conversación. El sector estará enfrentando cambios regulatorios, tecnológicos y geopolíticos a nivel mundial. Esto representa un área de oportunidad inigualable para la industria nacional”, destaca en entrevista con Alianza Flotillera.
La académica, Doctora por la Universidad de John’s Hopkins, explica que esta transformación debe estar respaldada por una política industrial que también fortalezca el mercado interno, ya que, a pesar de su relevancia regional en la producción de vehículos, México es uno de los países con mayor antigüedad promedio en su parque vehicular.
En ese sentido, el impulso hacia una industria sostenible que involucre la participación de proveedores nacionales y extranjeros podría favorecer la renovación y modernización de vehículos en sectores clave como la última milla, el transporte público y el destinado a uso particular y recreativo.
En el caso de las unidades eléctricas de reparto, incluso se abordaría un tema de competencia porque las empresas reducirían el gasto en combustibles; además de que podrían establecer rutas más eficientes, con operaciones más rentables y con una disminución significativa de su impacto ambiental”, afirma.
Con visión plural
Isabel Studer señala que, si bien México ha dado pasos hacia la electrificación, aún está lejos de alcanzar las tasas de adopción masiva de países como Indonesia, Tailandia o Chile, donde sus industrias han comenzado a desarrollarse en torno a los vehículos eléctricos, superando el punto crítico de adopción del 5% y encaminándose hacia su masificación.
Hay una demanda de estas tecnologías en muchos países y México podría ser una plataforma de producción no sólo para el mercado interno, sino también para la exportación. Una política industrial permitiría la generación de empleos verdes, además de que cada vez más jóvenes buscan adentrarse en los negocios sostenibles”, indica.
No obstante, la especialista subraya la necesidad de diversificar el mercado mexicano, tomando como referencia casos de éxito internacionales. Por ejemplo, Japón logró excelentes resultados con el desarrollo y uso de tecnologías híbridas y hoy apuesta por el hidrógeno. Por su parte, China está ya apostando a la fabricación de baterías basadas en sodio en lugar de litio, reduciendo costos de extracción y producción.
Para fomentar la innovación, Studer enfatiza la importancia de la colaboración entre todos los actores involucrados. Desde la iniciativa privada y las autoridades gubernamentales hasta asociaciones, organizaciones, la academia y la sociedad civil, es fundamental diseñar e impulsar una agenda conjunta que garantice un desarrollo sostenible y competitivo.
Industria diversa e incluyente
La académica asegura que esta transformación debe ir acompañada de mayores oportunidades de desarrollo profesional para jóvenes y mujeres, ya que la diversidad y la inclusión son esenciales para fortalecer el sector y enriquecer el conocimiento.
Es un área de oportunidad con grandes retos, donde necesitamos flexibilidad no sólo de las universidades, sino también de las empresas, para que ambas sean el motor de esta transformación y fomenten la creación de centros tecnológicos y de desarrollo”, expresa.
Isabel Studer subraya que esta inclusión será clave para consolidar una industria más fuerte y competitiva, así como para posicionar a México como un referente en transporte sostenible dentro de América Latina y un actor estratégico en la región de Norteamérica.
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